Quiero agradecer desde mi web, a David Montañes y a La Nueva España por la oportunidad de poder explicar lo que es «la madera de deriva» en un medio impreso de papel y a nivel comarcal.
En estos tiempos el equilibrio entre lo que estamos consumiendo y lo que utilizamos para que nos llegue a nuestras mesas es desproporcionado, la balanza se esta inclinando pavorosamente a llenar el planeta de plásticos y de envoltorios que no sirven para nada, consumir para que las cosas nos dúren apenas unas semanas y vuelta de nuevo a masacrar los recursos de la naturaleza, para obtener de nuevo lo mismo repetido una y mil veces, ese no es el camino.
Reutilizar lo anteriormente utilizado y darle un nuevo aire es el futuro, un nuevo aire que hasta la propia naturaleza lo esta haciendo en el caso de la madera, crece, envejece, sigue los cursos de los ríos y llega a las desembocaduras, allí las olas como si de un ebanista se tratara, las pule, lija y da esplendor, la arena (como no) pone su granito abrasivo, esta mezcla final consigue que aparezcan piezas increíbles, que podemos utilizar para darnos una oportunidad como artistas o artesanos, y así sentirnos orgullosos de que estamos aportando valor a nuestro planeta azul.